Para ser miembro de Fair Wear, las marcas deben respetar el código de prácticas laborales (Code of Labour Practices o Labour Standards) que se basa principalmente en 8 estándares marcados por los Convenios de la OIT y la declaración de los Derechos Humanos de la ONU. 

Estos son los 8 estándares:

1- Libre elección del trabajo: el trabajo forzoso queda totalmente prohibido.

2- Libertad de asociación y a la negociación colectiva a través de sindicatos, etc. En el caso de que esté prohibido por la ley del país en que se encuentra la fábrica, la compañía deberá facilitar medios paralelos.

3- No discriminación. Debe haber igualdad de oportunidades sin importar el sexo, raza, color, religión, afiliación, nacionalidad, origen social, etc. 

4- No al trabajo infantil. No podrá usarse mano de obra de niños menores de 15 años ni con edad inferior al fin de la escolaridad obligatoria. Los menores entre 15 y 18 años no podrán realizar tareas dañinas para su salud, moral o seguridad. Cualquier forma de esclavitud queda totalmente prohibida. 

5- Salarios dignos. Deben cumplir por lo menos los estándares mínimos marcados por la industria y además cubrir las necesidades básicas de empleados y sus familias + ingresos discrecionales. También hace hincapié en la necesidad de transmitir de forma clara la información a los trabajadores sobre sus salarios. Las deducciones disciplinarias quedan prohibidas. 

6- Horas de trabajo razonables. Siguiendo las leyes y los estándares de la industria. No se podrá trabajar de forma regular más de 48 horas semanales. Mínimo 1 día de descanso semanal. Máximo de 12 horas extra semanales voluntarias de forma ocasional y con una prima especial.

7- Condiciones de trabajo seguras. El entorno laboral debe ser seguro e higiénico. Se aplicarán medidas de prevención de accidentes y para evitar riesgos de salud. Se prohíbe el abuso físico, los castigos, el acoso o la intimidación.

8-Relación laboral legalmente vinculante. No podrán evitarse las regulaciones laborales mediante acuerdos de tipo aprendizaje sin una intención real de impartir habilidades a la persona contratada.